¿Por qué elegir el vino?

El ecosistema mediterráneo, cuna de la producción vitivinícola mundial, abarca el 5% de la superficie del planeta y está presente solo en 5 regiones en el mundo: la Cuenta Mediterránea, California y Baja California (Las Californias), Australia, el sur del Cabo Africano y Chile Central. La zona mediterránea en Chile se ubica entre el sur del Rio Choapa y el norte del rio Biobío, con una marcada estacionalidad de inviernos fríos y lluviosos y veranos cálidos y secos, han generado las condiciones ideales para la existencia de una gran diversidad de especies de fauna y flora, de las cuales el 23% de la flora vascular es endémica, siendo estas especies únicas y distintivas del bosque y matorral esclerófilo chileno.
Olga Barbosa ¿Por qué el vino?
Este ecosistema y su biodiversidad se ve deteriorado y amenazado por la expansión urbana, el desarrollo agrícola, forestal y una baja protección en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (menos del 1%), por estas razones, lo han catalogado como una de las 35 zonas de importancia global para la conservación denominadas “hotspots de biodiversidad”. El contexto de deterioro, amenaza, baja protección por parte del estado y lo único del ecosistema, incentivó la búsqueda de un socio estratégico que diversifique las estrategias actuales de conservación en Chile. Frente a esto, el sector vitivinícola reunía características que lo resaltaban como un socio estratégico ya que se encontraba en un proceso de conversión de prácticas productivas para disminuir sus impactos ambientales respondiendo a exigencias de los mercados, tiene una conexión con el territorio al reconoce la relevancia de lo físico, biológico, las prácticas y saberes locales, la biodiversidad y el paisaje en el cual están insertos, reconocido como terroir que es la base de la producción del vino y además es una de las actividades productivas carismática del ecosistema mediterráneo a nivel internacional y nacional.
En 2008, se realizó un acercamiento puerta a puerta presentando un proyecto desde las ciencias ecológicas para colaborar con los productores de vino. En un inicio fue difícil ya que se comenzaba a hablar de cambio climático en el contexto nacional, algo completamente ajeno a lo que se hablaba en esa época. En ese momento, Viña Cono Sur y Viñedos Emiliana creyeron en el proyecto y colaboraron con nosotros.
Con el transcurso del tiempo, nos dimos cuenta de que necesitábamos pasar de un proyecto científico a uno híbrido donde la transferencia, evaluación, el codesarrollo de preguntas científicas y la toma de decisiones basada en la evidencia fueran los principios para continuar con esta asociación con el sector vitivinícola.

Desde ese momento, se comenzó un trabajo de sensibilización y acercamiento del conocimiento de las ciencias ecológicas a cada empresa con la cual trabajábamos, desarrollando capacitaciones donde la participación transversal de los trabajadores era esencial.

Cada año transcurrido, significa un aprendizaje continuo, donde se avanza en el desarrollo de investigaciones y la transferencia de conocimiento, planteándonos preguntas donde la ecología y el mundo del vino interactúan para resolver interrogantes mutuas, confluyendo y dialogando los diferentes saberes.

Cinco años después del inicio del proyecto, las viñas socias de Vinos de Chile y del VCCB, trabajaron en la creación de un código de sustentabilidad que entre sus áreas incorpora la conservación de la biodiversidad, siendo este liderado por nuestro programa. Los datos obtenidos reafirmaron y demostraron al equipo de científicos, que este sector productivo podría ser una gran oportunidad para proteger el ecosistema mediterráneo de Chile.

En el transcurso de los 10 años de colaboración entre el sector vitivinícola y el programa Vino, Cambio Climático y Biodiversidad ha permitido incorporar y trasformar prácticas agrícolas, en donde la historia natural del mediterráneo chileno ha presentado un nuevo modelo de desarrollo al hacer de estas áreas productivas una zona donde la biodiversidad y la producción coexistan y sean resilientes frente al cambio global.